La función de la escuela no será la de comunicar la novedad de que existe lo que los alumnos seguramente ya saben que existe, sino mostrar los precios ocultos pagados para que lo artificial exista del modo en que se nos presenta. A tal fin se pretende que los alumnos analicen el valor del conocimiento tecnológico de una época y una cultura, preguntándose acerca de “qué se hace”, “cómo se hace”, “con qué se hace” y “por qué se procede así”. La posibilidad de comparar los “modos de hacer las cosas” en su entorno social actual, con los de otras épocas y otras culturas, les permitirá reconocer qué cambia, qué permanece inalterado en los procedimientos, y qué podría haber sido en realidad diferente de como es, tanto en relación con los medios utilizados como con los conocimientos necesarios para realizar las tareas.
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